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Relatos

Adiós pueblo de Ayacucho, apuntes históricos

El fundador y voz principal del Trío Ayacucho hace un recuento histórico de este emblemático himno popular.

Plaza antigua de Huamanga.

El emblemático huayno huamanguino Adiós pueblo de Ayacucho ha suscitado desde un tiempo atrás muchas controversias sobre el año de su creación, su autoría, sus letras originales. Y han surgido también composiciones lamentablemente consideradas anónimas o de derechos reservados y algunas otras atingencias que comprometen no solamente a este huayno, sino al folclor de Huamanga en su totalidad. El huayno ha sido utilizado sin respetar su melodía y las letras originales por usuarios actuales que fungen de “folcloristas”.

Antigüedad del huayno

La mayoría de los entrevistados sobre el tema en cuestión manifiestan que fue compuesto en el siglo XIX. Otros recurren a la frase: “¡Uf!, este huayno lo cantaba todavía mi tatarabuelo”. Y surgieron otras justificaciones para reforzar la supuesta antigüedad de siglos.

Sobre la antigüedad y los otros aspectos en discusión, el suscrito ya manifestó su punto de vista en el libro “Historia del Wayno Huamanguino” y lo reitera nuevamente en esta crónica.

a. Los esposos D’Harcourt, en el libro “La Música de los Incas”, registraron el año de 1912, en Huamanga, 24 temas de nuestro folclor. En ese libro encontramos huaynos como Mauka Zapatoy, Rata rata Yura (sic) etc. Y no aparecen Adiós pueblo de Ayacucho ni Huérfano pajarillo, considerados símbolos o himnos del ayacuchano. ¿Fueron menos importantes que Rata rata jora para no haberlos tomados en cuenta? O simplemente, ¿todavía no habían sido compuestos?

La primera grabación lo hizo ‘Tany’ Medina Palomino, el 28 de junio de 1930, según apunta Mario Cerrón.

b. En el siglo XIX, el nombre departamento de Ayacucho, impuesto dictatorialmente por Simón Bolívar en 1825 sobre su nombre histórico de Huamanga, era ignorado por los habitantes de nuestra región. Recién, a partir del Centenario de la Batalla de Ayacucho de 1924, toma vuelo este nuevo gentilicio de ayacuchano y toma cuerpo entre los habitantes de la antigua Huamanga, que troca su nombre por Ayacucho. Afirmamos que, después de esta fecha, 1924, fue compuesto este huayno e interpretado por primera vez en solo de arpa por Estanislao Medina (Tany), el año de 1929, en el Certamen de Amancaes, Rímac (Lima). Sobre la primera grabación de este huayno, el investigador Mario Cerrón Fetta nos alcanza la siguiente información:

“La primera grabación de Adiós pueblo de Ayacucho lo hizo ‘Tany’ Medina Palomino, el 28 de junio de 1930, en Lima. Sello VÍCTOR. Ese año, la firma norteamericana sería absorbida por RCA y daría pie al sello RCA-VÍCTOR. El disco lleva el número 30150-B y se consigna el siguiente dato: Adiós pueblo de Ayacucho, huayno, Estanislao Medina, solo de arpa, dura menos de 3’. En el lado A está grabado Peras perascha, grabado por la Estudiantina Típica Ayacucho, fecha 21 de junio de 1930 (…) Entre los días 21 y 23 de junio, la ETA registró seis discos de carbón con un total de doce canciones. Estas son: Sonccoyman (yaraví), Huaychaucha (huayno), Huayno Víctor (huayno), Al fin todo se acabará (solo de arpa), Yana ñawi (huayno), Condorcunca (marinera), Achachau (huayno) y Arza huamanguina (marinera)”.

Con los datos que consignamos, que son de nuestra completa responsabilidad, creemos firmemente que el huayno Adiós pueblo de Ayacucho nació después del Centenario de la Batalla de Ayacucho. Las entrevistas que el canal de televisión del Estado realiza sobre este huayno a personas que no tienen ningún respaldo y son simples usuarios carecen de un rigor metodológico y son simples especulaciones.

Autor del huayno

Todos, folcloristas, intérpretes y usuarios en general, le atribuyen disparatadas teorías sobre la personalidad inubicable de su autor. Unos dicen que fue un cura que sufrió un desengaño amoroso en Huamanga. Otros, que fue un estudiante huancavelicano, también desengañado amorosamente y le cantó a Huamanga su frustración desde el cerro La Picota, despidiéndose de Huamanga.

Un folclorista huamanguino declaró también hace muchos años que Adiós pueblo de Ayacucho fue compuesto para el héroe huamanguino mariscal Andrés Avelino Cáceres, a principios del siglo XX, por el mal trato que sus paisanos le dieron frente a su deseo de radicar en su tierra natal, pero tuvo que volver a Lima. Tampoco cita quién fue el autor. Recordemos también que el héroe murió el 10 de octubre de 1923, un año antes del Centenario de la Batalla de Ayacucho.

«El bohemio Tomás Balbín sería el autor de Adiós pueblo de Ayacucho, en una tienda, en la calle 28 de julio».

Nuestros escritores huamanguinos también han especulado sobre el tema en discusión. Tal es el caso del doctor en Antropología Folclórica Alejandro Vivanco Guerra (+). En su libro “Cien temas sobre Folklore Peruano” nos dice: “Según Heraclio Vivanco Allende, el bohemio Tomás Balbín sería el autor de Adiós pueblo de Ayacucho, en una feliz improvisación en la tienda de don Sixto Perlacio, en la calle 28 de julio; así como el zapatero Bustamante del huayno Huayra Muyuycha”.

Esta Importante referencia podría estar ubicado en los primeros años del siglo XX. También refiere en el mismo libro que “otro músico huamanguino compuso este huayno en el fundo Pucuhuillca, propiedad del doctor Ramón Fajardo”. (El dato completo de esta versión no lo cito textualmente, porque el mencionado libro del doctor Vivanco lo presté a un amigo que nunca me devolvió).

Como estamos comprobando, estimados lectores, todo gira en torno a especulaciones y nada concreto; es decir, con el respaldo de un documento tangible sobre su creador.

Letras originales

Habíamos dicho que el huayno fue grabado por primera vez el año de 1930, en solo de arpa, por el fallecido intérprete Estanislao Medina Palomino, en el lado B de un disco de carbón de 78 RPM o revoluciones por minuto. (Estos tecnicismos de 78 RPM, 45 RPM y L.P. son la velocidad con que gira el disco en los aparatos reproductores llamados tocadiscos. De estas velocidades del disco depende la calidad y fidelidad sonora del disco. El material, carbón o vinilo, es importante por ser el segundo casi indestructible).

La primera grabación en solo de arpa a cargo de “Tany” Medina, llamado en su tiempo en forma despectiva como “Istacha”, fue en 1930. Esta fecha está debidamente ratificada. Pero, ¿cuándo y quién grabó este huayno en su versión cantada? ¿Está debidamente identificada esta persona o personas y el grupo musical que la acompañó?

Negativo, estimados lectores folcloristas. Ningún estudioso se ha preocupado en identificar a esta persona o personas.

En este punto, ingreso también en el terreno de las especulaciones para tratar de señalar quiénes lo cantaron y grabaron por primera vez con sus letras originales que, en estos más de noventa años de vigencia, han sido tergiversadas al gusto del “marchante cantor”. Veamos:

a. En la segunda edición del Festival de Amancaes, junio de 1929, nuestro paisano Alejandro Vivanco Guerra, al señalar los nombres de la Delegación Ayacuchana participante en el evento, consigna dos cantantes masculinos: Florentino Rojas y Andrés Juscamaita. En cambio, Mario Cerrón Fetta dice que fueron mujeres Florentina Rojas y Andrea Juscamaita. Nos inclinamos por la versión del señor Mario Cerrón.

En la década de los años 40 del siglo pasado, el que escribe esta nota, niño aún, escuchaba con frecuencia ambas grabaciones: en solo de arpa y a unas voces de cantantes femeninas. ¿Habrían sido estas dos personas integrantes de la Estudiantina Típica Ayacucho las que grabaron en voces nuestro huayno símbolo?

César Prado pidió a estudiosos de Huamanga para que dieran las versiones o letras originales.

b. Otros estudiosos o memoriosos paisanos nuestros señalan a otras cantantes. Ellas serían Las Hermanas Meléndez, a quienes sus contemporáneos la motejaban como “Las lindas satanca”, porque eran bellas y ariscas, supongo yo, ante los requerimientos amorosos de ciertos picaflores. Siempre en el plano de las especulaciones, considero que estas grabaciones se habrían hecho algunos años más tarde, cuando el arpista Florencio Coronado había sucedido a “Tany” Medina en la ETA, y porque una de las Meléndez fue pareja sentimental del famoso arpista, también años más tarde.

Las letras originales en las grabaciones cantadas han sufrido infinidad de tergiversaciones que, de su olor de cuna, solo queda el recuerdo.

Don César O. Prado, nuestro querido y recordado “Chipi Prado”, director del Museo Regional, poeta y estudioso de nuestras tradiciones, se propuso perennizar las letras originales de Adiós pueblo de Ayacucho. Con tal propósito comprometió a estudiosos e intelectuales huamanguinos para que dieran las versiones o letras originales, según su real saber, para sintetizar y unir criterios sobre las manoseadas letras del huayno. Cada uno de los participantes eran caballeros de respetable edad, condición sine qua non para aceptar su opinión.

Este meticuloso trabajo fue publicado el siglo pasado, en uno de los últimos números de la Revista Huamanga – Órgano oficial del Centro Cultural Ayacucho. Estas letras dicen así:




Adiós pueblo de Ayacucho, perlaschallay,
donde he padecido tanto, perlaschallay.
Ciertas malas voluntades, perlaschallay,
hacen que yo me retire, perlaschallay.

Pajarinmi ripuchcani, perlaschallay,
Tutay tuta tutamanta, perlaschallay.
Mana pita jahuarispa, perlaschallay,
mana pita adiós nispa, perlaschallay.

Adiós pueblo de Ayacucho, perlaschallay,
donde he padecido tanto, perlaschallay.
Causaspaycha cutimusaj, perlaschallay,
huañuspaja manañacha, perlaschallay.

Sobre estas letras, o encima de estas letras, cantantes y usuarios ignorantes de nuestros tiempos han insertado bárbaras letras y fugas, abusando de su carácter de anónimo o de derechos reservados, para insuflarle estrofas como el huayno boliviano: “Campanita de Bolivia/ tócame la retirada/ uno para despedirme…” y otros le pusieron como fuga estas letras: “Anda dile a tu mamá/ mamita quiero casarme…”

Cuando ejercí el cargo de director del Instituto Departamental de Cultura de Ayacucho, estas letras, producto de la intelectualidad huamanguina, hice pintar en el hall de llegada de nuestro aeropuerto Alfredo Mendívil Duarte. Fueron estas letras, junto a las letras de Huérfano Pajarillo, el mensaje de bienvenida a nuestros visitantes. Al parecer la anticultura que medra en Huamanga se ha encargado de hacerla borrar.

NOTA: Los primeros arpistas integrantes de la Estudiantina Típica Ayacucho que participaron en Amancaes fueron:

1928. Daniel Morales (Jori Maki). Primer puesto, medalla de oro. Falleció a los pocos meses de su triunfo.

1929. Estanislao Medina, que reemplazó al fallecido Morales, igualmente triunfador en solo de arpa. Su permanencia en la ETA no se sabe.

1931 o 32. Florencio Coronado (Jepa Tarpuy, porque se inició como intérprete a muy tierna edad). Es la trilogía de los más famosos arpistas ayacuchanos de todos los tiempos.

* El presente texto fue publicado originalmente en dos entregas (3 y 10 de junio de 2022), en el conocido diario ayacuchano Jornada. Publicamos la presente versión unificada con la autorización del autor.

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