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La historia del Perú en seis cuerdas | Video
Coco Vega adapta a la guitarra valiosa música popular recopilada en los siglos XVII, XVIII y XIX, por Gregorio de Zuola, Martínez de Compañón y Claudio Rebagliati.
Entre los arreglistas y compositores contemporáneos de obras para la guitarra peruana, Coco Vega es uno de los más exigentes. Cada arreglo o creación de su autoría suele presentarse ante el guitarrista como un ambicioso reto en la técnica.
Jorge Vega Ugaz (Piura, 1973) es un tipo de perfil bajo. Tamaña humildad va en contraste con lo que ya representa su obra y sus aportes para la música costeña.
Dan fe de ello dos voces autorizadas: el maestro Raúl García Zárate encontró en Coco Vega a un “brillante intérprete de la guitarra” y la entrañable Chalena Vásquez alguna vez destacó su “depurada técnica y madurez en la interpretación”.
Aquel piurano que ejecutó el Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo a los 16 o 17 años, con la Orquesta Sinfónica Nacional, hoy parece empeñado en complicar más la técnica, esfuerzo que ha permitido darle una mayor y mejor presencia a la música costeña, en los predios de la guitarra académica.
¿A quiénes identificas como tus primeros maestros para el desarrollo de tu técnica?
Óscar Zamora y Ricardo Barrera fueron mis maestros de cabecera. Cuando me dieron una beca en el Conservatorio Nacional de Música, ellos fueron mis primeros maestros.
¿Y tus referentes de la guitarra en América Latina?
Agustín Barrios es uno de los más grandes. Yo ejecuto piezas de Agustín Barrios, Héctor Villalobos, Antonio Lauro. También hay compositores posteriores como el colombiano Julio Gentil Montaña, que falleció hace poco, y los hermanos Sergio y Odair Assad.
¿Cómo ha sido el proceso para llegar a tu etapa de creación, particularmente para la música costeña?
Yo me inicio tocando música popular; es decir, valses, boleros, pasillos. Mi relación con la música popular siempre fue normal. Aprendí con mi padre. Tuve luego una época de autodidacta. Mario Orozco Cáceres fue un maestro importante para aprender la técnica. Cuando llegué a Lima, dejé de lado la música popular para desarrollar la música clásica, pero al poco tiempo empecé a adaptar valses tomando como referencias piezas de Agustín Barrios o Bach.
En tus arreglos encuentro cierta búsqueda de complejidad para la ejecución…
Mi objetivo no era lograr que la pieza sea difícil, sino buscaba que haya tantas voces y adornos que se pudieran exponer en un estilo contrapuntístico, parecido a las piezas solistas que uno se acostumbra a leer y escribir.
Pienso particularmente en Antonio Lauro como alguien que influenció en esa búsqueda para tus arreglos.
Una de las cosas que me gusta de compositores como Antonio Lauro y Agustín Barrios es que volcaron sus conocimientos hacia la música de sus países. Barrios hacia Latinoamérica y Lauro que trabajó temas de Venezuela, igual Villalobos con la música de Brasil. A ellos los tengo como mis grandes referentes.
Rescate e innovación
Luego de producciones discográficas como “Máncora” y “Solo de guitarra”, además de un primer libro con la transcripción de arreglos y composiciones, Coco Vega lanzó a fines del 2019 otro proyecto ambicioso: el disco “Aires populares peruanos: la guitarra desde la colonia hasta nuestros días”.
Más que un disco, se trata de un pasaporte para viajar, musicalmente, por la historia del Perú. Coco Vega recoge recopilaciones del franciscano Gregorio de Zuola (XVII), Baltasar Martínez de Compañón (XVIII) y Claudio Rebagliati (XIX), aquel músico italiano que, además de incorporar la armonía al himno nacional, nos dejó como herencia 22 recopilaciones de zamacuecas, yaravíes y otros géneros en el “Álbum sudamericano. Colección de bailes y cantos populares corregidos y arreglados para piano”.
¿Cómo llegas al trabajo de Claudio Rebagliati?
Fue el año pasado, en una entrevista en Radio Inkarri, con Mario Cerrón. Ahí estaba el musicólogo Luis Salazar, quien comentó sobre las recopilaciones de Rebagliati. Después de la entrevista le pregunté por esas partituras y me pasó el archivo PDF.
Aquellas partituras eran adaptaciones para piano. Coco Vega emprendió el trabajo hacia el nuevo disco. El Instituto Orson Welles le había ofrecido grabar las adaptaciones y en tres meses ya estaban listos los arreglos.
¿Cómo fue el proceso de adaptación para la guitarra?
Escogí algunas piezas y empecé a transcribirlas para guitarra, tratando de cuidar las voces. Me impresionó mucho, porque, en realidad, esas recopilaciones Rebagliati las había escuchado en guitarra y arpa. No en piano. Flor Canelo, pianista peruana, hizo algunas versiones. Ella me dijo eso: Rebagliati hizo las transcripciones para piano, para que esa música no se pierda.
¿Qué diferencia encuentras entre Rebagliati y las recopilaciones que adaptas de Martínez de Compañón?
Esas dos recopilaciones son tonadas, líneas melódicas, sin una rítmica determinada, a diferencia de Rebagliati, que sí está precisado el género.
¿Y Gregorio de Zuola?
Él es del siglo XVII. Se trata de la partitura de una pieza española cantada. Las letras son de Lope de Vega. La música es atribuida a Juan Blas. Yo hice el arreglo para guitarra solista. Entonces lo que busco es hacer conocer cómo era la música cuando llegan los españoles y cómo se va transformando hasta llegar a la música que es ahora.
Coco Vega celebra el resultado del disco, porque ayuda a entender cómo aquellos géneros como la zamacueca, el yaraví o la habanera se presentan como un nexo de la música española europea de entonces con lo que es ahora la marinera peruana, la cueca chilena o la chacarera argentina.
(Texto publicado el 15 de marzo de 2020 en la sección Cultura de la edición impresa diario La República).